Tanto los distintos informes e
indicadores que se presentan como nuestra propia encuesta vienen a confirmar lo
que ya todos sabemos o percibimos de manera cotidiana: Internet y las redes
sociales tienen una presencia más que importante y significativa a todos los niveles.
Los datos están aquí, esto es algo que resulta incuestionable.
Internet está presente en la
inmensa mayoría de los hogares españoles hasta el punto de podemos decir que el
acceso está prácticamente universalizado. Nuestra encuesta particular incluso
muestra unos valores por encima de los datos de los informes generales. La
competencia entre los distintos proveedores de servicios y el abaratamiento
progresivo del coste de la conexión han facilitado sin duda esta incorporación pero,
por encima de todo, se debe a la conciencia generalizada entre la mayor parte
de la población de que “internet es algo que se necesita”. Algo parecido
podríamos decir de estos smartphones que nos permiten conectarnos (y me
gustaría saber el grado de responsabilidad en esto de la aplicación whatsapp; no
deja de sorprenderme que personas mayores, reacias a cualquier nueva tecnología,
“wasapean” ya con una gran naturalidad). La inmensa mayoría de los profesores, de
los padres y de alumnos (y perdón por este nuevo inciso: ahora que han
comenzado las Comuniones, me ha sorprendido comprobar que los regalos estrella
están siendo el teléfono móvil o la tablet para, recordemos, niños y niñas de
9-10 años, aunque desconozco si se trata de una excepción o es ya algo habitual)
disponen de dispositivos móviles con conexión a Internet. Los datos en este
sentido están encima por incluso de los referidos a la disponibilidad de
Internet en el hogar.
Sin menospreciar el resto de
datos, los más interesantes, a mi modo de ver, son los relativos a los alumnos.
Más del 94% de los alumnos que han realizado nuestra encuesta cuentan con un
dispositivo móvil. Hay que tener en cuenta además que aquí se incluyen alumnos
de distintas edades por lo que, cabe suponer, que si considerásemos sólo a los
alumnos más mayores, posiblemente el porcentaje sería superior y casi me
atrevería a afirmar que rozaría el 100%. Pero un dato que debemos tener muy en
cuenta es que solamente un 58,5% de ellos disponen de conexión 3G por lo que un
porcentaje muy significativo tan sólo tienen acceso por wifi en sus casas u
otros lugares. Independientemente de esto, más del 82 % se conectan más de una
vez al día (y sinceramente creo que serán bastantes más veces que una única vez).
Lo hacen mayoritariamente para ver videos, escuchar música, comunicarse y
buscar información. Más del 86 utilizan redes sociales entre las que reina
Facebook seguido de Twitter, Tuenti y Google+ haciendo preferentemente un uso
personal de ellas, de varias de ellas, para comunicarse con los amigos. Nuestros
alumnos son nativos digitales con todo lo que esto supone. Educar al margen de esta
realidad no creo que tenga el más mínimo sentido.
Pero por encima de cualquier
dato estadístico, por significativo que pueda resultar, hemos de tener presente
que lo realmente importante son nuestros propios alumnos, los reales, los de
nuestras clases, no las estadísticas. Cada centro tiene sus propias características
y un contexto específico en el que desarrolla su actividad. El acceso a
Internet y el uso de las RRSS será, por tanto, algo también muy concreto y
particular, y es lo que nosotros como docentes debemos conocer.
Charlando con mis alumnos de
4º de la ESO sobre el tema, una vez superada la fase de sorpresa inicial, con
algunas expresiones del tipo “Profe… ¿Qué tú tienes Twitter?... ¿Qué lo podemos
utilizar en clase? … ¡te voy a seguir…bueno… igual no, o me abro otra cuenta
para seguirte! (cosa que me permitió comprobar cómo la percepción que ellos
tienen de las RRSS es la de su aspecto más lúdico-comunicativo y para jóvenes)
surgieron algunos aspectos muy interesantes que creo que conviene tener en
cuenta (al menos para mi caso concreto, aunque que creo que pueden ser
extrapolables a otros contextos salvando las distancias, lógicamente). Todos ellos
están familiarizados en mayor o menor medida con las RRSS por lo que su
integración en las actividades de clase no supondría en principio ningún
problema, es más, les pareció muy interesante y que podría resultar incluso divertido.
La inmensa mayoría tienen algún tipo de dispositivo móvil, pero no todos, y
aquí es donde empiezan algunas dificultades. Este hecho nos obligaría a que las
actividades se realizasen en el aula de informática, cosa no siempre posible.
Por otra parte, muchos de ellos, teniendo el dispositivo móvil, sólo disponen
de conexión wifi por lo que abrían de conectarse a través de una red del centro.
Para los que disponen de conexión propia, salvo que tengan una tarifa plana,
esta utilización les supondría un coste económico. Hemos de ser muy cuidadosos
con estos aspectos y posibilitar que todos los alumnos realicen todas las
actividades no agrandando la brecha digital que pudiera existir. Sería
magnífico poder disponer de tablets para nuestros alumnos (bien suyas propias o
facilitadas por el centro, no quiero entrar en polémicas en este sentido) y una
adecuada conexión a Internet para todos ellos. A día de hoy, y con la actual
coyuntura económica, me parece que resulta algo utópico o por lo menos
dificultoso.
Los alumnos utilizan las RRSS,
algunos profesores estamos dispuestos a incorporarlas pero ¿están las administraciones
educativas y los centros preparados para ello, cuando incluso se llega a plantear
la restricción del uso de dispositivos?
No quiero extenderme más,
aunque si diré que me ha llamado la atención, aunque no me ha sorprendido, que
en el caso de los profesores, aunque la gran mayoría de ellos se sirve de
Internet para preparar las clases y utiliza las RRSS a nivel personal, no hay una
gran utilización de las mismas en la actividad docente.
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